miércoles, 19 de marzo de 2008

En el mes de la mujer

EL DESPOJAMIENTO- Griselda Gambaro
Esta obra, escrita en 1974, pero estrenada en Francia en el año 1985, "habla de un mundo teatral inventado por la autora a imagen y semejanza del nuestro y sin embargo distinto". La Gambaro pone su acento en la discriminación hacia la mujer, el autoritarismo y la necesidad de la revalorización del trabajo. Pieza fundamental de su dramaturgia, desarrollada con economía de medios y llena de "acordes" transversales. Humor corrosivo y final inesperado, el sello de calidad de una mujer fiel a su tiempo, donde la violencia y la crueldad destellan ante el asombro desesperado de sus criaturas.


Este espectáculo recibió el premio Pablo Podestá "Pepino el 88" año 2000.-


Ficha técnica
Autoría: Griselda Gambaro
Actuan: Martin Beluardo, Mimí Torretta
Asistencia Técnica: Malena Cadelli
Dirección: César Palumbo

Funciones
última función, sábado 29 de Marzo del 2008
A las 21:30 hs.
Entrada General: $10
Estudiantes y Jubilados. $6
Debate posterior


CASATEATRO- El Altillo del Sur

Dirección: Calle 1 nº 1693 esq. 67 La Plata - Buenos Aires - Argentina

Teléfono: 0221-483-4975

"27/3 Dia Internacional del Teatro"

...el teatro es una tribuna de llanto y alegría. Y una tribuna libre, donde los hombres pueden poner en evidencia, morales viejas y equivocas. Y explicar con ejemplos vivos, normas eternas del corazón y del sentimiento del hombre.
Un pueblo que no ayuda y no fomenta su teatro, si no está muerto, está moribundo. Como el teatro que no recoge el latido social, el latido histórico, el drama de gentes y el color genuino de su paisaje y de su espíritu; con risas o con lágrimas, no tiene derecho a llamarse teatro. Sino sala de juegos o sitio para hacer esa horrible cosa, que se llama matar el tiempo...
F. Garcia Lorca

Ser Actor en La Plata



Fue publicado en EL DIARIO DIAGONALES EL SÁBADO 15 DE MARZO DE 2008.-





Ser Actor en La Plata
Es amar la intranquilidad.-
Es el Teatro Nuevo y los primeros cigarrillos; barrer la sala y hacer la boletería. Betún y vida (la primer obra a los 16 años), Mulato, La zorra y las uvas y Los de la mesa 10. Es haber conocido y transitado con Milagros de la Vega , Juan Carlos Gene, Jorge Thomas, Javier Villafañe, Tito Cossa, Abelardo Castillo, Federico Lupi y Lito Cruz y tantos amigos. Es el tranvía 16 a la noche tarde, muy tarde y la vieja que deja un plato de sopa, o volver caminando con Justo o Alejandro. Es buscar la forma de explicar a tus amigos que todo el teatro es vocacional y que no por ello no tenés que ganar nada y lo hacés solamente “por amor al arte”.
Es “comprender que el teatro es una enfermedad incurable” y que ya nunca te abandonará… te pìcó y estás listo, no hay medicina que te cure.-
Es el Sindicato de Actores, las asambleas y los ideales defendidos hasta las últimas consecuencias, el miedo y los compañeros desaparecidos, las marchas, el cierre de las salas del pasaje Dardo Rocha y su reapertura, la Comedia Municipal y la Comedia Provincial.-
Es el Coliseo Podestá en ruinas y a punto de convertirse en una cochera, las funciones con el público en el escenario, su reapertura. Lograr el Pepino el 88 en el 2000, con una obra de Gambaro y haber subido a su escenario con el Teatro y la Historia en el 2007. Juntar peso sobre peso para pagar el alquiler de la sala, esperando el subsidio del Instituto Nacional de Teatro o tener sala propia y que te llamen “empresario” aunque la sala es de 30 butacas o mejor dicho de 30 sillas.
Es levantarte temprano, muy temprano a hojear los diarios, a mirar ansiosamente las gacetillas de los teatros y ver si está la tuya.-
Es encontrarte con los compañeros a ensayar, después de 16 horas de trabajo y cuando salís del ensayo o función, estás como nuevo, más alegre y dispuesto que antes.
Pelear por una Ley Provincial de Teatros Independientes.
Son los alumnos: los más chicos para los que todo es sorpresa y algarabía, el juego y el protagonismo. Los más grandes: los que aceptan y los que discuten. Es enfrentarse con uno mismo a sabiendas de que no habrá victorias, pero si batallas, todos los días, a cada momento, todo te pone a prueba, te debilitás, caés y volver a empezar.
Son los muy grandes: Moliere, Saint Exupery, Shakespeare, Ibsen, Wilde, García Lorca, Goldoni, Pirandello, Dragún, Gorostiza, Gambaro, Tito, etc. etc.
Además es asumir que cuando tenés tiempo no tenés plata y viceversa.- Esperar el milagro todos los días, el fin de semana y el público, hacer los espectadores, buscarlos, traerlos, debatir y seguir.
Es volver a empezar, enfrentarse al espejo y buscar en la mirada, esa pasión que te quema y comenzar a buscar nuevamente a ese chiquilín, que con miedo pregunta: “¿aquí necesitan actores juveniles…?”

César Palumbo, autor de la nota es el director y fundador del Teatro el altillo, actualmente ejerce el cargo de Delegado General de la Asociación Argentina de Actores, Delegación La Plata.-